sábado, 7 de mayo de 2011

Feria del libro Buenos Aires 2011. La biblia llora junto a un calefón.

Ayer fui a la Feria del Libro de Buenos Aires.
Me dejó muy contenta a nivel personal encontrarme con Dani, un excompañero de explotación laboral en IBM y a nivel comunicadora varias cosas me llamaron mucho la atención.

Al parecer la industria editorial está cada vez más sólida. Me pareció que esta feria tuvo más expositores, puestos nuevos que no hubo el año pasado y algunos de los tradicionales con mayor espacio. No solo hay puestos de editoriales, también muchos libreros se animaron a poner sus productos.
A simple vista esto parece un aliciente cultural, aunque yo no catalogaría todo en la feria como cultural... No me refiero a los puestos de comida, sino a ciertas repeticiones que parecen más una pesca de gente para negocio propio que a cultura.

A ver, conté como 3 puestos de libros en miniatura. Son un clásico de hace mucho tiempo, pero ahora parece que se multiplicaron y ya se publica cualquier cosa en miniatura. Estoy esperando que salgan las revistas ¿Para cuando una Mini Gente o Para Ti? Sería una buena opción para los lectores del Sarmiento en hora pico.
El clásico "averigua el significado de tu nombre" que había en muchos puestos podía valer desde $4 hasta $6. No me acerqué a preguntar el por qué de la diferencia de precios... en especial por algo que gracias a Internet uno puede averiguar gratis.
Hubo una novedad, "conoce tu carta astral". En un rinconcito del puesto, había una señora —que supongo sería astróloga, aunque no se veían diplomas ni certificados que la avalen— que con su computadora realizaba la lectura e interpretación de la carta astral del cliente. Por lo menos es algo interesante y novedoso.

En general, más allá de las editoriales y librerías especializadas, los libros que más se exponían en los puestos son los de Interés General y Autoayuda, aunque en muchos casos la segunda categoría se incluye en la primera. Así, Interés General puede ser "Aprenda Linux", "Cómo superar la infidelidad matrimonial" o "Sin Reservas" de Martín Redrado... y acá pensé en varias cosas.
Por un lado, la publicidad. Parece que lo importante es vender, el consumismo por sobre el contenido literario del libro que se vende. Entonces, por ejemplo, en la conferencia de prensa del Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, que presentó su libro "Zonceras Argentinas y otras yerbas", que podría ser una versión revisada del original de Arturo Jauretche, hizo una especie de campaña política pro-reelección de CFK. O el libro de economía de Martín Lousteau que aprovecha la promoción en los medios de un escándalo de infidelidad conyugal con Juana Viale.
Por el otro, cualquiera puede transformarse en autor de un libro y escribir de absolutamente cualquier cosa. En especial en el rubro "Autoayuda"... es verdad que no soy muy aficionada a gastarme $50 pesos para que alguien me diga como sentirme feliz, prefiero hacer mi propia experiencia y en definitiva descubrir la vida, es más barato, divertido —aunque puede ser doloroso— y satisfactorio.
Entonces encuentro que la locutora que escuchaba durante mi adolescencia en "Los 40 Principales" de FM Hit, ahora se convirtió en gurú espiritual y escribió el libro "Pecados Espirituales"... cualquiera escribe de cualquier cosa, sin ir más lejos acá estoy yo escribiendo una reseña de mi visita a la Feria del Libro. :-)
Lo único positivo que veo es que hace a la lectura y los libros más accesibles para todos. Estaba lleno de adolescentes buscando biografías de Justin Bieber, pero lectura no es sinónimo de literatura. Y cualquier libro tampoco creo que sea cultura, mas bien un complejo cambalache.

Otra curiosidad llamativa es la variedad de temas y subtemas sobre lo que se escribe. Ejemplo, un enorme tema puede ser relaciones laborales, luego hay enormes subtemas que dependen de diferentes enfoques: legal, social, económico, religioso, etc. Así en casi todas las ramas de todas las ciencias hay manuales de lo que uno quiera saber y hasta de situaciones cotidianas. "Manual de gestión documental", "Cómo hacer el punto cruz" o "Aprenda las mejores posturas para llegar al orgasmo".

Al final me llamó la atención la diferencia de precios entre ediciones y editoriales. Se me ocurrió lo que puede llegar a ser una idea para desarrollar en una página web, que aunque no creo que me vaya a llenar de plata sí creo que puede ser muy útil. Un comparador de ediciones y precios. Existen páginas que comparan precios de artículos en general, para quien está en búsqueda de la mejor relación costo-beneficio, pero en realidad no se si ese concepto se llevó al mundo editorial.
Así, creo que sería una herramienta muy útil poder comparar el precio y la calidad editorial de la misma obra literaria e informarse de las causas de esa diferencia en materiales, ilustraciones, colaboradores invitados, etc. y ayudar a que la masividad de la lectura, también sirva para una masificación de la literatura de calidad.

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