El otro día leía la publicidad de un nuevo libro de autoayuda publicado que hablaba sobre el comportamiento de las personas que realizaron sus sueños. Y buscando por internet me asombré de que hay casi 4 millones de páginas con consejos, reglas, pasos a seguir y hasta cursos para aprender a conseguir los sueños.
Yo lo pude hacer, no se si porque mi sueño era modesto o porque busqué algo que fuera concreto, la cuestión es que lo pude transformar en realidad. No fue fácil, lógicamente, me costó muchos años, ser insistente, buscar y aprovechar cada una de las oportunidades que fueran posibles; y debo confesar que muchas veces sentí que nunca lo lograría, que era demasiado difícil... pero la vida me sonrió y pude conseguir lo que mucha gente nunca tiene la oportunidad.
Mi sueño era poder trabajar de lo que me gusta, transformar mi pasión en una fuente de ingresos, hacer de mi hobbie mi profesión. Que mi fuente de alegría sea mi trabajo, que nunca fuera a estresarme o a sentirme desganada, simplemente porque amo esa actividad y ese ambiente. ¿Cuantas personas conocen que han conseguido esto en la vida? Yo lo conseguí, supongo que ahora bien podría escribir algún libro de psicología barata como ese del que leía la publicidad.
Fui feliz, sí, pero mi felicidad duró solamente lo que dura un suspiro. Conocí a alguien que me puso el mundo de cabeza, alguien que me hizo sentir emociones completamente nuevas, que me deslumbró como nunca antes me había pasado. Alguien que me mintió, que me engañó y que me traicionó robándome la posibilidad de poder continuar haciendo realidad mi sueño de toda la vida. No se si lo hizo a propósito, no puedo creer que exista alguien tan sádico o malvado, simplemente creo que me clavó un puñal en el corazón sin darse cuenta... pero que después lo hundió sin remordimiento.
Así que pasé sin escalas intermedias de la felicidad de caminar sobre las aguas a la tristeza de querer ahogarme en ellas en apenas 7 meses. Aún creo que podría escribir ese libro de autoayuda berreta.
Ya se que nadie me quita lo bailado, pero tampoco nada me quita la amargura de sentir que conformarme con eso es demasiado poco.
No recuerdo sentirme así de triste nunca antes como ahora. Luché toda mi vida por realizar este sueño, tantos sacrificios, tanto tiempo, todo para nada y nunca se me ocurrió prepararme para defenderlo si me lo robaban o para perderlo. No estoy segura de si hubiera preferido no realizarlo nunca, antes que vivir este sentimiento de saqueo.
Muchas veces lo pensé. Pensé que ya estaba, que ya no tenía sentido seguir, que si ya había logrado lo que siempre creí que era lo que tenía que hacer y ser en mi vida, ya no tenía más sentido continuar con una existencia vacía de sueños y propósitos. Varias veces me sentí una carga, un lastre inútil que solo molesta... todavía no se muy bien por qué aún no hice nada al respecto. Creo que si no me fui es por respeto a mi familia y porque amo mucho la vida... pero ganas no me faltaron.
Me la paso diciéndole a todo el mundo que estoy tratando de perseguir otro sueño, pero en realidad siento que ahora no estoy intentando realizar otro sueño, sino que estoy huyendo espantada de esta tristeza que me quiebra en dos el alma.
Llevo encima el peor de los desamparos... Siento que no perdí el sueño que siempre guió mi vida, sino que me lo robaron y no lo supe defender. Y no se como deshacerme de la asquerosa sensación de que solo una venganza igual de dolorosa podría liberarme.
Me he transformado en una experta en el arte de disimular mis lágrimas delante de todos, de simular sonrisas y decir que está todo bien. Durante la semana llevo al extremo eso de "ponerme las pilas" en el estudio trato de usarlos como droga para no pensar, no acordarme de lo que se me escabulló de entre las manos, no sentir la pérdida... Pero los fines de semana, no puedo con mi alma.
Quiero dejar de llorar todas las noches, quiero dejar atrás esta tristeza, quiero volver a tener ganas de saltar... quiero pero no puedo. ¿Será que si escribo un libro de autoayuda psicológica de cuarta me ayudará a sobrevivir esto?
martes, 6 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario